05.10.2008
I. G. Esta vez llegaron a 115. La quinta parte de los «Talegones» existentes en España, si hacemos caso al censo de apellidos elaborado por el Instituto Nacional de Estadística, se han reunido este fin de semana en Toro, perpetuando una tradición con veinte años de historia.
Cada primer sábado de octubre el popular barrio de Tagarabuena recibe a los descendientes de Lázaro Talegón, quien en 1580 puso los pies en la campiña toresana procedente del norte de Zamora. Lázaro instituyó un apellido que extiende sus tentáculos por todo el territorio nacional y salta las fronteras hasta Alemania, Estados Unidos, Turquía o Italia. Incluso China enlaza con los Talegones de la mano de una niña adoptada, la pequeña Laira, que ayer también participaba en el encuentro con su madre, una Talegón de Aspariegos.
Este año, una comisión formada por Fernando Talegón Sanz, José Félix Talegón, Angeles Talegón y Mario Alonso Talegón, se ha encargado de organizar los actos y reunir en su lugar de origen a todas las personas vinculadas por este singular apellido castellano, que tiene en Zamora al grupo más numeroso. Los datos recabados del INE correspondiente al año 2006 desvelan que en España hay 282 personas con el primer apellido es Talegón, otras 242 lo llevan en el segundo y veinte por partida doble, en el primero y en el segundo. Zamora, con 57 empadronados con el primer apellido Talegón, está a la cabeza, seguido de Madrid con 52, Valladolid y Vizcaya con 29 cada una, Sevilla con 25 y Barcelona con 20.
Han pasado dos décadas desde que un Talegón consorte promoviera la idea de reunir a los más próximos en la localidad madrileña de Torrelodones. Aquella semilla ha germinado hasta congregar a más de un centenar de miembros de esta familia, secularmente ligada a Toro.
Este año, los actos comenzaron la noche del viernes con una barbacoa en el Teleclub de Tagarabuena, que terminó con una improvisada fiesta flamenca.
Ayer era el día grande. Pasadas las diez de la mañana la «Talegonada» se concentraba a las puertas de La Colegiata, la segunda vez de todos los encuentros que no se congregan en la Iglesia de Tagarabuena. Tras una celebración religiosa, se programaron tres opciones al gusto de cada uno. Un grupo optó por una visita a la histórica villa de Urueña, en la provincia de Valladolid. Otros no quisieron perderse el tradicional partido de fútbol, mientras un tercer grupo optaba por un paseo tranquilo por Toro degustando los famosos vinos y tapas por el casco histórico.
La comida en el María de Molina, ya habitual lugar de encuentro, reunió de nuevo a los Talegones para degustar los productos de la tierra y disfrutar después de una sobremesa en la que se procedió a un sorteo de regalos y el reparto de lotería de Navidad, esta vez traída de Madrid.
Prácticamente todos prueban suerte, más desde que hace tres años una familia Talegón llegada de Sevilla se topó con la fortuna. De camino a Toro pararon en Segovia, cogieron lotería sin pensar que se llevaban el Gordo de Navidad. Hasta para esas felices anécdotas da de sí la «Talegonada», un encuentro familiar que lleva camino de ser histórico. Tanto, que la Corporación Municipal toresana da la bienvenida cada año a los familiares durante una recepción en el Ayuntamiento, a la que este año no pudo acudir el alcalde y algunos concejales por encontrarse en el encuentro municipal del PP en Zamora. «Tanto el anterior alcalde (el fallecido Agustín Asensio) como el actual, Jesús Sedano, se han portado siempre muy bien con nosotros y nos hemos sentido muy queridos», apunta Fernando Talegón.
Gallegos, asturianos, madrileños, vascos, catalanes, andaluces? La amalgama de familias convierte cada año a Toro en un singular lugar de acogida, al que ya le ha salido un pequeño apéndice en Guernika, donde se ha celebrado alguna reunión a menor escala. «La filosofía de este encuentro es que aquí no viene nadie presionado, acude el que quiere. Nosotros disfrutamos relacionándonos con nuestra familia y conociendo a otros muchos. Se dan casos tan curiosos como que he conocido a otros dos Fernando Talegón, igual que yo, y eso no es muy usual». Porque, los Talegón, al fin y al cabo, son una familia, una gran familia.
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